Contra Florencia, es el libro de Mario Colleoni (Editorial: La Línea del Horizonte). Historiador del arte, especializado en Renacimiento italiano -sabe de lo que habla- y de una fragilidad hermosa – e inusual en los tiempos que corren- que nos invita a reflexionar, también a través de sus personajes, sobre el mundo que estamos dejando. En concreto, busca hacer de la ciudad del Arno un lugar mejor.
“Florencia acoge a diez millones de turistas al año y todo parece insuficiente”. Al leer esta frase, se me erizó el vello pensando en las largas esperas de más de tres horas de pie por ver una maravilla pintada o esculpida hace siglos entre decenas de personas y situaciones que te impiden disfrutar. Pisotones, olores, carritos de bebé, gritos, flashes que te dejan ciego, las prisas para que pase el siguiente grupo… Una imagen desde lejos sin apreciar los detalles ni mucho menos empaparte de la historia, más que de un cartel -en ocasiones lleno de erratas y falto de explicación-.
¿Es ésta la experiencia que buscamos de Florencia? ¿Es ésta una forma de consumir arte? Comprar, usar, tirar y mañana ya no me acuerdo, pero mi foto colgada en Instagram -red (exhicionista) social por excelencia- acredita que yo estuve ahí para que todo el mundo lo vea.
Menos mal, querido Mario, que no retratas esto en tu libro, que sólo me transportaste a esta estresante situación por un segundo con tan sólo una frase. Y es la misma que siempre viene a mi cabeza cuando pregunto a dirigentes políticos si, su partido y él mismo, tienen claro el modelo de turismo en España. ¿Turismo de borrachera o turismo de pinacoteca? El autor lo tiene claro: “No necesitamos más tecnología ni más avances urbanísticos para hacer de esta ‘cuna de la cultura, Atenas de Italia’ una ciudad emblemática, sino más concienciación ética, más comprensión y, a poder ser, unos gramos de moralidad”. Gracias, Mario.
El libro va de menos a más, y esto no es desmerecerlo, sino que con el primer capítulo piensas que este no es un libro de Florencia ‘al uso’, caminando por la ciudad de los Médici o Brunelleschi… y conforme avanzas te das cuenta de que contiene algo más. “La belleza nunca es inocente porque la razón por la que nos conmueve es la misma por la que nos hiere”, señala el autor. ¡Qué feliz me hiciste! Caminando por la falda de las colinas que conducen a Maiao -imaginé mis paseos por la montaña, sola con el canto de los pájaros- hasta llegar a la casa de la célebre escritora Violet Paget, conocida por el pseudónimo de Vernon Lee. Somos muchos los que ansiamos fluir y escribir en lugares tan maravillosos como La villa Il Palmerino.
Las páginas de ‘Contra Florencia’ transmiten la elegancia de Lee, pero también la del escritor Giovanni Papini, quien escribió un artículo en 1913 pidiendo cambios en la ciudad del Arno para que el turismo no la asfixie ni tampoco se sume en el olvido. “Papini fue una de esas personas descorazonadas que predijo con furia todo lo que se nos venía encima, pero nadie lo escuchó. Tal vez, siguiendo el consejo del emperador Marco Aurelio que ‘la mejor defensa es no parecerte a ellos’”. Mario Colleoni es nuestro Giovanni Papini escribiendo un canto a la belleza de Florencia y advirtiendo a quien ose leer su libro sobre su posible pérdida. Por ello y por la calidad de la obra, bien merece que no pase desapercibida en este maremágnum de actualidad e inmediatez.
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